Uno, dos, tres… hasta el piso treinta, un pasillo y a mi derecha la puerta del cielo, de las terrazas y una voz pidiendo auxilio, ella con gafas de diosa y un fulgurante ojo verde, mirándome feliz y encerrada. Su acento imperial inundaba mi alma de alegría, las mariposas vuelan alto y con fuerza agitaban […]
a través de Historia de amor, el cielo, dieciséis de noviembre — Poetas Nuevos